EL LUGAR CORRECTO
por
Félix Alejandro T. H.
SI EN EL LUGAR DONDE ESTÁS
MUERES A TI MISMO
ESTÁS EN EL LUGAR CORRECTO
¿De dónde te saqué?
¿Qué traías contigo cuando te rescaté, cuando te llamé?
¿Qué tienes tú que Yo necesite?
Quieta y agónica cada día está tu vieja naturaleza, lo único que te separa del mundo es la Gracia que te otorgo.
Desclava alguna de tus manos, y creerás que ya puedes obrar por ti mismo. Desclava tus pies y ya creerás que puedes caminar por ti mismo. Sácate la corona de espinas y ya creerás que tus pensamientos y razonamientos lo resolverán todo. Bájate de la cruz y ya creerás que tu lugar donde mejor estás es en el mundo. Recoge la sangre derramada y vuélvela a tu cuerpo, y ya creerás que tu vida te pertenece. Cubre tu desnudez y ya creerás que no estás desnudo ante Mí. Y no querrás arrastrar la cruz, si ya no estás en ella.
Al presentarte ante el concilio o el gobernador, buscarás todos los argumentos para presentar tu defensa. Sometido a la soledad y la aflicción pasarás la copa sólo pensando en tu sufrimiento, luego, volverás con el grupo, consentirás su pena por no pensar que lo que les espera podría ser mejor, volverás donde tus amigos ignorando el tesoro que se te guardaba en la intimidad Conmigo. No querrás humillarte y servir a los que han estado contigo, porque no comprenden por completo tu caminar, creerás que no merecen tanta atención. Ningún sacrificio creerás absolutamente necesario, mucho menos servir, ni al prójimo ni a tu Dios, no de todo corazón, no con toda tu mente. Alejado del Nuevo Hombre, de la cruz, hundido en la vieja naturaleza, ya habrás perdido hace mucho la ruta, el camino angosto, el lugar correcto.
No te muevas, no te muevas, no te muevas de la cruz, y si haz de moverte, hazlo caminando en fe, ejecutando fe, derrotando todo miedo, toda angustia, toda atadura del alma, todo atavismo y hábitos aprendidos, dejándolas en el lugar donde tienen que estar: en la cruz. La santidad, la fe y el amor “insultan”, violentan y derrotan todo lo que la carne trae consigo, todo lo viejo, lo caduco, obsoleto, todo lo vano. Que no camine lo que quedó crucificado, no lo desclaves, si hay algo vivo de eso aún, dile al oído “muere”, tómalo y clávalo, sólo camina en "el nuevo hombre", en la imagen creciente de Cristo en ti. El lugar correcto para moverse es el lugar preciso y necesario donde llega la luz de Su Palabra y Corazón a tus pies, en tu caminar, luz precisa al lugar donde se encuentran tus pies, y lumbrera a lo que alcanzas a ver del Camino. Todo lo demás sobra. Ni te muevas más a izquierda ni derecha, sólo muévete donde se sitúa Su Amor, en Su Edén con que cubre tu desnudez, porque dependes completamente de Él. Todo lo demás, todo lo demás, déjalo donde debe morir.
¿Qué traías contigo cuando te rescaté, cuando te llamé?
¿Qué tienes tú que Yo necesite?
Quieta y agónica cada día está tu vieja naturaleza, lo único que te separa del mundo es la Gracia que te otorgo.
Desclava alguna de tus manos, y creerás que ya puedes obrar por ti mismo. Desclava tus pies y ya creerás que puedes caminar por ti mismo. Sácate la corona de espinas y ya creerás que tus pensamientos y razonamientos lo resolverán todo. Bájate de la cruz y ya creerás que tu lugar donde mejor estás es en el mundo. Recoge la sangre derramada y vuélvela a tu cuerpo, y ya creerás que tu vida te pertenece. Cubre tu desnudez y ya creerás que no estás desnudo ante Mí. Y no querrás arrastrar la cruz, si ya no estás en ella.
Al presentarte ante el concilio o el gobernador, buscarás todos los argumentos para presentar tu defensa. Sometido a la soledad y la aflicción pasarás la copa sólo pensando en tu sufrimiento, luego, volverás con el grupo, consentirás su pena por no pensar que lo que les espera podría ser mejor, volverás donde tus amigos ignorando el tesoro que se te guardaba en la intimidad Conmigo. No querrás humillarte y servir a los que han estado contigo, porque no comprenden por completo tu caminar, creerás que no merecen tanta atención. Ningún sacrificio creerás absolutamente necesario, mucho menos servir, ni al prójimo ni a tu Dios, no de todo corazón, no con toda tu mente. Alejado del Nuevo Hombre, de la cruz, hundido en la vieja naturaleza, ya habrás perdido hace mucho la ruta, el camino angosto, el lugar correcto.
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No te muevas, no te muevas, no te muevas de la cruz, y si haz de moverte, hazlo caminando en fe, ejecutando fe, derrotando todo miedo, toda angustia, toda atadura del alma, todo atavismo y hábitos aprendidos, dejándolas en el lugar donde tienen que estar: en la cruz. La santidad, la fe y el amor “insultan”, violentan y derrotan todo lo que la carne trae consigo, todo lo viejo, lo caduco, obsoleto, todo lo vano. Que no camine lo que quedó crucificado, no lo desclaves, si hay algo vivo de eso aún, dile al oído “muere”, tómalo y clávalo, sólo camina en "el nuevo hombre", en la imagen creciente de Cristo en ti. El lugar correcto para moverse es el lugar preciso y necesario donde llega la luz de Su Palabra y Corazón a tus pies, en tu caminar, luz precisa al lugar donde se encuentran tus pies, y lumbrera a lo que alcanzas a ver del Camino. Todo lo demás sobra. Ni te muevas más a izquierda ni derecha, sólo muévete donde se sitúa Su Amor, en Su Edén con que cubre tu desnudez, porque dependes completamente de Él. Todo lo demás, todo lo demás, déjalo donde debe morir.
Gálatas 2:20, Mateo 16:24; Hebreos 11:6, 27; Romanos 8:15-17, 12:1-3
"Quedémonos quietos y veamos las maravillas de Dios" Exodo 14:13-14
ResponderEliminarEste es un llamado a la acción aunque nunca pensemos que hemos de dejar mucho de esta vida por Dios, el mismo Señor Jesucristo ante la pregunta de Pedro dijo "que no hay nadie que halla dejado...(algo), que no reciba en ESTA VIDA 100 veces mas y la vida eterna".
Cada "perdida" de este mundo es ganancia, para una vida eterna abundante.
Ningún sacrificio es mas alto que el que hizo Cristo por nosotros.
Bendiciones mi querido Amigo